lunes, 2 de noviembre de 2009

Salvadores

A veces buscamos afuera lo que nunca estuvo allí. Eso que creemos que está fuera, siempre estuvo dentro nuestro.
Vamos tejiendo una tela que nos lleva a una desconexión con nuestro interior, y por lo tanto con lo esencial. Ponemos en otros, capacidades, virtudes, defectos, nuestra particular mirada de la vida.
Entregamos fácilmente esa luz, esa única luz que nos pertenece.
Así perdemos certezas, vulnerables, necesitados, esperando que nos guíen, que nos adopten, que nos acepten, que nos amen. Aceptamos migajas cuando podemos participar del banquete.
Todo está puesto en el afuera, en el deseo que crea el afuera. Es ser creativo, se reprime, se va durmiendo.
Se esperan salvadores que nunca llegan.
Se cambian de creencias, de maestros. El poder siempre está en el otro hasta en los extraterrestres. La culpa de nuestras frustraciones, la tienen los padres, la sociedad, las vidas pasadas, etc. etc.
Sé que otras formas de vida, lo sé por analogía, por observar y percibir la vida que me entorna. Sé que hay seres de evolución maravillosa, seres con dones, seres a los que hay que escuchar, pero aprendí que nadie va a hacer mi tarea por mí, ese es mi legado divino.
Aquello que nos sucede nos pertenece.
Las distintas etapas de nuestra vida con sus riquezas y miserias, nos pertenece. Es nuestro bagaje.
Obviar aquello que nos aconteció y creamos es quitarnos poder, ¿Qué somos si no valoramos nuestra vida?, Nada.
Todo aquello con lo que nos relacionamos nos trae un mensaje de nosotros mismos, que es bueno escuchar pues allí reside toda nuestra potencia.


esther