EL PLACER DE SER
A veces se sale, repentinamente, del
entramado de rutinas que supimos entretejer y descubrimos el placer de ser, de
existir, de reconocernos como parte de la vida.
La vida no es otra que esta que vivimos
porque así se nos dio.
Una noche como habitualmente hago estoy
viendo televisión, no meditando, ni danzando, ni orando ni haciendo asanas.
Solo viendo televisión, y repentinamente me descubro respirando y el placer que
eso me produjo no se puede explicar mucho con palabras.
Ese entrar y salir del aire que me
complementaban afuera y dentro de mí. Ese saberme existir. Sentir como si nunca
hubiera respirado.
Es un acto poético el tomar conciencia de lo
que es habitual. No es tampoco que nunca haya tenido conciencia del placer,
pero de lo que tomé conciencia es que vivir es un placer en sí mismo, que
muchas veces ignoramos para solo ansiar lo que imaginamos, y no lo que es-
Aquí y ahora está el milagro, de esa alegría
intensa que nos recicla.
Y esto nos impulsa a
vivir más confiados para que la vida misma nos sorprenda y nos ponga en el
camino que nos corresponde.
Rosa Esther Moro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario