PALABRERIO
Cuando el movimiento y la palabra se unen nace la magia.
La palabra nos crea y nos recrea.
El mundo está sostenido por la palabra.
Somos lo que somos por la palabra.
A veces la palabra se vuelve liviana, pierde contenido y se las lleva el
viento, pero otras son los que son, poderosos mantra y crean.
La palabra nos da la dimensión de creadores
Hay palabras que se entregan y otras que se guardan, unas para el afuera y
otras para el adentro. Al final todo es lo mismo, porque siempre es el Caos primordial, nuestra Madre,
resolviéndose a sí misma con nuestra
experiencia.
Para algunos, la palabra tiene colores, formas, siluetas que se van
dibujando, hasta alcanzar la dimensión de pensamientos y se vuelven todo lo que
vemos.
A veces nos tenemos que desapegar de todas ellas, para ver lo que en verdad somos, luz espejada que por mandato
busca ser consciente para relatar la vida y ser huella.
La palabra entonces es relato que se manifiesta de distintas formas y crear
nuestro mundo a través de ellas. Crean las nubes y las lluvias que lloran
nuestras palabras, son el frío y el calor, lo bueno y lo malo, lo bello y lo
feo
La vida y la muerte. Dios y el
demonio. Ellas danzan y se nutren con los opuestos.
Son el tiempo que nos abarca mientras somos barro de la tierra, luz del
fuego, agua de la sangre y aire que se respira y nos respira.
Mientras las palabras están, la vida que conocemos está.
Rosa Esther Moro
Alguien tenía que decirlo. Y admiro que fueras tú. Felicitaciones. Juan Disante
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